Las infecciones de trasmisión sexual, a veces denominadas enfermedades de trasmisión sexual, son infecciones comunes que se contagian de una persona a otra durante las relaciones sexuales. Son tan habituales que la mayoría de las personas sexualmente activas contraerán al menos una a lo largo de su vida. No suelen presentar síntomas, pero si no se tratan, pueden provocar graves problemas de salud y en algunos casos la muerte.
No todas las infecciones se trasmiten de la misma manera. Algunas, como la gonorrea y la clamidia, se contagian por las secreciones corporales. Otras, como la sífilis o el herpes, se transmite por el contacto de piel.
La buena noticia es que todas las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, son tratables y muchas de ellas son curables.
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La clamidia es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes y se estima que cada año surgen 1.7 millones de nuevos casos en los Estados Unidos. Muchas personas que tienen clamidia no lo saben. No suele presentarse ningún síntoma. Si no se trata, la clamidia puede causar infertilidad y dolor, tanto en mujeres como hombres. Una vez que se diagnostica, se cura fácilmente con antibióticos. Para obtener más información, lea la hoja informativa sobre la clamidia de los CDC.
La gonorrea es común, especialmente entre los adolescentes y personas de entre 20 y 30 años. Es posible que no presente ningún síntoma. Si no se trata, puede causar infertilidad y dolor, tanto en mujeres como hombres. Una vez que se diagnostica, se cura fácilmente con antibióticos. Para obtener más información, lea la hoja informativa sobre la gonorrea de los CDC.
La hepatitis viral es una enfermedad grave, pero prevenible, que afecta al hígado. Los tres tipos más comunes de hepatitis viral son la hepatitis A, B y C, y cada una se puede contagiar de persona a persona de distintas maneras. Existen muchas formas de reducir las probabilidades de contraer la hepatitis viral: vacunarse contra la hepatitis A y hepatitis B, seguir prácticas sexuales más seguras, adoptar prácticas seguras de consumo de drogas y seguir buenas prácticas de higiene personal, como lavarse bien las manos. La hepatitis A y B son prevenibles, mientras que la hepatitis C es curable. Para obtener más información, lea las hojas informativas sobre la hepatitis viral de los CDC.
El herpes es una infección de transmisión sexual que puede provocar llagas en los genitales o la boca. Se estima que una de cada seis personas en los Estados Unidos tiene herpes genital, y no tiene cura. Sin embargo, los medicamentos recetados pueden aliviar los síntomas y disminuir las probabilidades de contagiar el virus a otras personas. Puede resultar doloroso, pero normalmente no genera ningún problema grave de salud. Para obtener más información, lea la hoja informativa sobre el herpes de los CDC.
El VPH es la infección de transmisión sexual más común y se estima que cada año aparecen 14 millones de nuevos casos en los Estados Unidos. Existen más de 150 tipos diferentes de VPH y aunque algunas cepas provocan verrugas genitales, muchas no presentan síntomas. Algunas cepas pueden ser graves y llegan a causar cáncer. La vacuna contra el VPH protege contra tipos específicos de VPH asociados con las verrugas genitales y el cáncer de cuello uterino. Para obtener más información, lea la hoja informativa sobre el VPH de los CDC
La tricomoniasis no suele manifestar ningún síntoma. Se estima que 3.7 millones de personas viven con tricomoniasis en los Estados Unidos. Por lo general, no es grave y se puede curar en la mayoría de los casos. Una vez que se diagnostica, se cura fácilmente con antibióticos. Para obtener más información, lea la hoja informativa sobre la tricomoniasis de los CDC.